Historia

Dice Cervantes (Parte I, Cap. IX, don quijote): "...la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir".

Quero. Foto de José Roldán.
Centrado en la Villa de Quero, Alfonso Ruiz Castellanos reconstruyó, paso a paso, la historia de este lugar, extendiendo su saber, hallazgos y documentos a toda la comarca, desde la aparición de los primeros vestigios humanos en los yacimientos de "Los Pedernales" y el "Cerro de San Cristóbal" hasta la edad contemporánea, sintetizada clara y pormenorizadamente en su Tratado publicado en 2000: "Quero, una villa manchega en la Histotia". Se incluyen, a continuación, algunas piezas del puzzle histórico que le permitieron dar luz a la historia de su pueblo, o mejor, Villa, tras una panorámica general.

Datos generales de la historia de Quero:

La Villa de Quero se encuentra en la zona sur-oriental de la provincia de Toledo en La Mancha. Comarca repartida entre las órdenes de Santiago, Calatrava y San Juan. A esta última estuvo vinculada la villa como veremos más adelante. El lugar de asentamiento de la población está situado junto a una laguna llamada Grande no muy lejos del río Cigüela, en su término existe otra laguna mayor que la anterior conocida por Laguna del Taray. Junto a la Laguna Grande pasaba una Calzada romana que provenía de la zona de Criptana, identificada hacia 1920. Esta Calzada a su paso por las cercanías de la zona lacustre señalada, atravesaba un territorio que debió utilizarse por pastores y caminantes como descanso por lo que suponía de alivio dentro de la sequedad y aridez de La Mancha. Quizás se utilizasen los pastos que debieron crecer en torno a las lagunas, el río y los terrenos fértiles del entorno, conformando una serie de circunstancias favorables al poblamiento que ya tuvo en época prerromana.

Los visigodos también encontraron este lugar apropiado para su asentamiento como manifiesta el magnífico bajorrelieve del siglo VII aparecido en las cercanías de Quero, aunque no conozcamos mucho más del paso de esta cultura. En el año de 1085 se conquista Toledo y hasta la batalla de las Navas (1212) se repueblan los extensos territorios manchegos, principalmente por las órdenes militares o la nobleza castellana y mozárabe.

Antes de la creación en Consuegra del Priorato de San Juan la aldea de Quero con otras villas es donada a la orden de San Juan, quien en el mismo año dio la mitad del territorio a Miguel Arragán. En 1183 queda bajo la jurisdicción de la Orden, ya instalada en el Castillo de Consuegra. La importancia de sus pastos queda establecida por señalamiento real, que en 1190 los incluye para el aprovechamiento de los ganados segovianos, trashumantes que aprovechan la vieja vía romana. En el siglo XIII se delimita el término con sus vecinos el Arzobispo de Toledo (1228), Orden de Santiago (1239) y Calatrava (1232). Consigue la Carta puebla en 1241, periodo en el que se consolida su poblamiento con la llegada de nuevos vecinos castellanos. En 1359 Pedro I les otorga el privilegio de villazgo.

Durante los siglos sucesivos la historia de Quero sigue pareja a las vicisitudes del resto de las villas de la Orden de San Juan. En la segunda mitad del S. XVI cuenta con doscientos vecinos entre ellos algunos moriscos procedentes del reino de Granada. Doscientos años más tarde se incrementa un centenar, que se dedican a la ganadería, agricultura, a la industria de la sal procedente de algunas lagunas y al transporte como arrieros. En el S. XIX desaparece por decreto de José I la Orden de San Juan que restablece por pocos años Fernando VII. El ferrocarril trae el desarrollo con la línea de Madrid-Alicante en 1854, en esta época cobran importancia los procesos desamortizadores. El cólera sacude la población a finales del XIX. El desarrollo con el ferrocarril y las mejoras sanitarias hacen que en la primera mitad del siglo XX se sobrepasen los tres mil habitantes, después un feroz proceso de emigración fundamentalmente al área metropolitana de Madrid, dejarán en la actualidad una población próxima a los mil habitantes.


Significado y etimología de la palabra QUERO:

Según los investigadores Menéndez Pidal y J. Caro Baroja, la palabra QUERO derivaría del sustantivo prerromano "Cario", cuyo significado es: montículo rocoso o peñascoso.

Casa de Cultura
En nuestro caso aludiría a la elevación peñascosa de "Quintanarejos". sitio de asentamiento de las gentes que hacia la segunda mitad del primer milenio traerían la cultura centroeuropea de "los campos de urnas", junto a las influencias greco-púnicas (íbera) formarían el pueblo protohistórico de los Carpetanos. algunos autores identifican a estos "campos de urnas" con pueblos de origen ilirio que se extendieron por Centro-Europa (toponimias de Quero existen en los Alpes italianos y Sur de Francia) y en la península ibérica tenemos Querol, Queralt, Cadaqués, Quel en La Rioja, Quer en Guadalajara y Queirâo en Portugal.

Del "Cario" (montículo peñascoso o promontorio) de "los Quintanarejos" pre-romanos evolucionaría, por latinización, a un "Carienus" alto imperial y a un "Querus" bajo imperial. En el período árabe perduraría como Kero, palabra que aparece mencionada en 1162. en el primer documento escrito que encontrado que habla de Quero.

Por tanto, al mencionar Quero estamos aludiendo a una característica propia del terreno donde ubicaron el asentamiento celtíbero los pobladores de aquellos tiempos. El viejo sustantivo "Cario" evolucionó, a través de las distintas generaciones, hasta el actual Quero que aparecía plenamente fijado en el siglo XII.


Desde la Prehistoria a los Romanos:

La presencia humana en el Paleolítico en la región manchega dejó vestigios en terrazas fluviales y en algunos yacimientos como los de Argamasilla de Alba (Los Arenales y Cornicabra). En Quero han sido encontrados en las terrazas del Cigüela y alrededores de Laguna Grande raederas y vestigios en silex (Revuelta Matilde, Memoria 83). No será hasta el Eneolítico que se establezcan pastores-agricultores en las llanuras manchegas en zonas como "el Pico" en Campo de Criptana, "el Arenero" en Herencia , "Piédrola" en Alcázar o el "Cerro de San Cristóbal" en Quero, dejando restos cerámicos. en este contexto se sitúan los primeros pobladores quereños en campamentos temporales como Los Altos, Cerro molino o Castillejo, y principalmente en el citado cerro con un importante taller de cantería (Vallespín E. y otros, 1987) que ocupa parajes con una longitud de casi un kilómetro desde "el pozo de la vieja" a "Pedernales", siguiendo en la época del Bronce al que corresponde la morra del Cerro de San Cristóbal, situada a 676 m. de cota, con indicios de muros y restos cerámicos de la época.

La cultura Íbera cuenta con un patrón de asentamientos en la comarca en donde Quero es una aldea que queda en la zona de Alcázar-Campo de Criptana, ocupando el cerro de "los Quintanarejos" (Vélez Rivas J. y Pérez Avilés J.). Esta aldea "Carn" o "Cario" pudo estar protegida por un muro de adobe o mampostería, siendo encontradas multitud de fragmentos de vasijas de tipo íbero con funcionalidad agraria-ganadera.    

Se calcula que la conquista de La Carpetania por los romanos fue de unos cincuenta años de luchas, trasladando el centro de poder administrativo militar desde Alce (Criptana-Alcázar) a Consuegra. La romanización y modernización sería un hecho palpable en las tejas romanas halladas en el antiguo poblado íbero que se extendía hacia el sur. Quero se configura como un "vicus" con una calzada que lo atravesará de Sur a Norte, reubicándose poco a poco hasta el Bajo-Imperio el poblado en la zona Este-Tejera, configurándose el núcleo del actual casco urbano de Quero y dirigiéndose la explotación de la tierra al latifundio de grandes señores. De esta forma son comunes quinterías "fundus" fuera del casco urbano, como "las casas romanas".
Descripción de la Calzada por el profesor Blázquez en 1921: "... de este camino se ha recorrido gran parte entre las ruinas de Alce, situadas en las inmediaciones de la laguna de la Hidalga, situada entre Campo de Criptana y Quero, y Villacañas... Su anchura es de más de ocho varas y el empedrado general de piedra menuda en los sitios donde el terreno es poco firme, como ocurre a la salida de Villacañas en dirección Sur; algunas hiladas en los bordes y en el centro, y otras en sentido transversal". Venía de Cartagena hasta Saltigi (Chinchilla), siguiendo para Libisosa (Lezuza), Laminio (Alhambra), Peñarroya, Cervaria (Alameda de Cervera), Criptana, Alce (mansión), villajos, Quero, Villacañas, Vico Comunario (zona de La Guardia) y Titulcia, donde se unía a la que desde Toledo iba a Zaragoza.  


Visigodos hasta principios del Siglo VIII: sobre la placa de Cancel Visigoda:

Varios fueron los eventos críticos en los primeros siglos del milenio, con el derrumbe del Imperio Romano, la peste a mediados del S. III seguro no fue tan dura como las devastaciones y saqueos de los bárbaros a partir del año 409, paralizaron la vida económica y comercial de hispanos en continua guerra. Los visigodos en alianza con Roma echaron a Vándalos y Alanos estableciéndose poco a poco a lo largo del S. V fijando su residencia regia en el 555 en Toledo. La feudalización a través del señorío (Patrocinium) se consolidaba. "Querus" continuaba situada al Este de su actual casco urbano, probablemente vinculada a algún señorío. Prueba de esta época es la placa de cancel hallada en sus dominios de la que Alfonso da cuenta como sigue.

Una placa de cancel de época visigoda encontrada en Quero (Toledo) nos da constancia de la presencia en el siglo VII de los primeros cristianos, su simbología así lo sugiere. La placa de cancel aparecía en 1982, feliz hallazgo realizado por Juan Valdepeñas, a quien también debemos el mérito de su conservación y préstamo a la Casa del Ayuntamiento, dónde se encuentra custodiada y expuesta desde 1989. En ese año se interesó su estudio a especialistas del Museo de Santa Cruz de Toledo, con motivo del XIV Centenario del Concilio III de Toledo (589-1989), asamblea que legalizó la conversión del rey godo Recaredo y su reino de Hispania al catolicismo, se presentó la ponencia titulada: "Una placa de cancel de época visigoda encontrada en Quero (Toledo)" a cargo de Susana Cortés Hernández, Fco. Javier Fernández Gamero y Estrella Ocaña Rodríguez, de cuya lectura podemos resumir los siguientes datos:
"Es una pieza de placa de cancel decorada, de granito gris claro de grano fino. Tiene forma rectangular y mide 141 cm. de altura por 32 cm. de anchura y entre 4 y 9 cm. de grosor; éste último disminuye progresivamente de arriba abajo. El motivo central tiene estructura vertical encuadrada por un filete de 2 cm. de anchura; este marco mide 94 cm. de altura por 32 de anchura. En el centro está representada la Vid de forma arborescente, la cual surge de un doble tronco sogueado; de aquí nacen dos racimos colgantes que penden de dobles zarcillos. Del mismo tallo parte hacia arriba una hoja lanceolada flanqueada por dos palmas de acanto afrontadas y de cuatro hojas. La vid se sitúa entre dos veneras similares; en la superior y naciendo de dos gallones hay dos hojitas apuntadas con motivo de espiga. La venera inferior sirve de base a la vid. Por encima del motivo, y fuera del marco, surgen dos palmas de acanto de tres hojas, naciendo entre ellas una hojita almendrada. Por debajo del motivo central y fuera parten dos racimos inclinados y hacia arriba (el izquierdo casi desaparecido), similares a los anteriores y de menor tamaño; entre ambos hay dos hojitas almendradas. Debajo del racimo hay una voluta. A los lados del motivo central existe una cenefa de nueve círculos tangentes con semicírculos secantes, que originan rosetas de cuatro pétalos. En los lados izquierdo e inferior del marco se aprecian unas ligeras incisiones que podrían estar relacionadas con el sistema de sujeción de la pieza. El significado del motivo central de la Vid es el Árbol de la Vida. El tema del árbol de la vida, como representación iconográfica, tiene un origen mesopotámico, y se encuentra principalmente en Babilonia. Esa simbología pasó al mundo hebreo y de allí al cristiano. En el Antiguo Testamento la vid representa al pueblo elegido de Israel (Jer. 2.21; 5.10;12.20) y es considerado como árbol sagrado y mesiánico (Miq. 4.4; Zc. 3.10). En el Nuevo Testamento, la viña simboliza el Reino de los Cielos (Mt. 21, 28-46) y sus frutos la Eucaristía (Mt. 26, 29); también se utiliza como símbolo de Cristo (Mt. 20,1-16). Jesús proclama que El es la verdadera Vid y Dios Padre es el labrador (J. 15,1-2). Las veneras conforman edículos o nichos que acogen temas o símbolos religiosos. Destinados a el frontal de la iglesia de Quero para resaltar los espacios más sagrados de los edificios religiosos donde iban colocados los símbolos de Cristo. Las cenefas de rosetas son un motivo decorativo muy difundido en el arte hispanorromano (mosaicos) y de éste pasó al visigodo. No sólo se utilizan en la escultura arquitectónica y litúrgica, sino en la ornamental como la corona de Recesvinto, del tesoro de Guarrazar (Guadamur, Toledo). Del análisis de los elementos decorativos de esta placa se desprende una cronología visigoda, posiblemente de finales del siglo VII. La funcionalidad de la pieza sería de una placa de cancel alto, encajada por la moldura inferior en el suelo o en otro elemento de soporte".
Placa de cancel visigoda
La escasez de restos arqueológicos asociados (algunos fragmentos cerámicos altomedievales asociados) y el propio lugar del hallazgo (parte norte del pueblo, extramuros), algo retirada de la probable ocupación del poblado hispanogodo de Quero (zona este del actual casco urbano), donde se situaría el edificio parroquial, nos lleva a pensar en la reutilización de la placa para otros fines no religiosos en el periodo musulmán. El cancel ocuparía la parte anterior del altar mayor de la iglesia, interpuesto entre este lugar y los fieles, según la costumbre de aquellos tiempos. Su marcado simbolismo litúrgico (una representación de la Vid o Árbol de la Vida como alegoría de Cristo y la Eucaristía) tenía una clara intencionalidad pedagógica, puesta en marcha por los Obispados tras el III Concilio de Toledo (589), frente a unas comunidades no totalmente cristianizadas y con restos de arriananismo.

Otros vestigios de época visigoda en la comarca serían: Los fustes y frisos del templo de Sta. María del Guadiana (Argamasilla de Alba); fragmentos de elementos arquitectónicos con rosáceas y otros motivos vegetales, en Urda (ermita del Cristo) y La Puebla de Almoradiel (puente del Taray); así como los diversos de la basílica de Segóbriga (Saelices, Cuenca).


Inicio del Período Musulman (711-1078)

Tras la Guerra entre el rey Rodrigo y Tariq en el río Barbate (711) se inicia la conquista musulmana sobre un indefenso reino hispano. En un principio se trata de una ocupación árabe bereber a través de pactos locales con la nobleza goda a cambio del "jaray", siendo los bereberes, tribus pastoriles norteafricanas las que se establecían en las zonas rurales. Posteriormente aparecerían conflictos que dejaron a Toledo como Frontera Media, bastante independiente con el Emirato cordobés con los que tendrían continuos enfrentamientos.

La primera islamización de Abd al-Rahman II y la fundación del Califato de Córdoba por Abd al-Rahman III en el S. X consigue el control bereber del estado y la persecución de mozárabes y obispos. Tras la muerte de Almanzor comienza una nueva crisis con el fraccionamiento de Taifas, Toledo se hará independiente en el 1036. Sus aldeas continúan con relaciones de dependencia feudal y una economía soportada en la producción de trigo.

Kero (así aparece mencionado por primera vez en 1162) se mantendría en la parte Este del casco urbano actual, futuro "barrio de arriba" que denominaban los quereños antiguos.


Sobre Reconquista y primeros repobladores quereños (1078-1212)

Los siglos XI-XII van a ser de una particular dureza para los habitantes de Quero y comarca. Las "razzias" o correrías devastadoras, la destrucción, el cautiverio, la miseria y el hambre constituirán lo cotidiano de aquellos tiempos de guerras entre moros y cristianos del Norte. Quero era una aldea dentro del alfoz militar del castillo de Consuegra, plaza y territorio asediados desde el 1078 hasta el 1085, año de conquista definitiva de Toledo, capital del reino taifa moro existente.

En 1078, el rey castellano Alfonso VI firma un acuerdo con el rey moro de Sevilla, Al-Moctamid, al que había ayudado en la toma del reino de Murcia, para que invada toda la parte Sur del reino toledano, inmovilizándolo como retaguardia. Con ello trata de realizar una maniobra envolvente de la capital, para tomarla previo aislamiento de todo el territorio. Este acuerdo provoca la invasión, por las tropas de Al-Moctamid, de la parte Sur de la comarca manchega, con sucesivas algaradas devastadoras. De la violencia de estas correrías nos habla el gobernador de Calatrava (Ciudad Real), que en vista de los destrozos producidos escribe una carta a Alfonso VI, lamentándose y conminándole a que lo evite; a su vez el rey castellano nos dejará otra visión feroz y destructora de la conquista del reino de Toledo en un documento de donación y restauración del culto cristiano en la S.I. Catedral.

Parece que Consuegra es tomada en 1083, quedando hasta el 1090 bajo la influencia cristiana y del rey de Sevilla. Por estos años los Almorávides invaden la Península, ante las demandas de ayuda del reino taifa de Badajoz. Esto obliga al de Sevilla a replegarse hacia su territorio y concertar nuevos pactos con Alfonso; éste se asegura el dominio del Sur de La Mancha tras el concubinato legal con Zaida, viuda y señora de Almódovar, aportándole en su dote los castillos de Caracuel, Alarcos, Mora, Ocaña, Consuegra, Oreja, Uclés, Huete, Amasatrigo y Cuenca. Pero el avance almorávide es inevitable y Consuegra con su alfoz caen en su poder en 1097, y con ello otra vez bajo poder musulmán.

Sin embargo no tardarán en llegar nuevamente las escaramuzas guerreras, una vez por parte cristiana que aprovecha el debilitamiento del Imperio almorávide para arrebatarle estas tierras manchegas. Hacia 1146, el rey castellano Alfonso VII, vuelve a reconquistar nuestro territorio. Con vistas a favorecer la consolidación de las tierras tomadas a los musulmanes opta por una política de donación de plazas a su vasallos, para que con sus gentes las repueble y defiendan de la amenaza árabe. Así en 1150, Consuegra y Alcázar son donadas a Rodrigo Rodríguez y Juan Muñoz respectivamente. Esta política es seguida por el rey Alfonso VIII, que en 1162 realiza las primeras donaciones que la Orden Militar de San Juan de Jerusalén recibirá en La Mancha y que corresponderán a las villas de Chitrana (Criptana), Villa de los Alios (Villajos), Kero (Quero) y Atarez (Tirez en Villacañas) junto con sus pertenencias y territorios. Esta donación de Quero se produce en plena minoría (con seis años) del rey Alfonso VIII, fruto de las luchas que dos familias nobles (los Lara y los Castro) mantienen por la obtención de privilegios reales y plazas fronterizas. En este caso la donación a favor de la Orden de San Juan es debida al influjo de los Lara que de esta manera pretenden atraer a la Orden hacia ellos. En este mismo año de 1162 la Orden otorga las anteriores cuatro villas en prestimonio al caballero mozárabe toledano Miguel Asarrafí para su disfrute y repoblación por medio de sus vasallos. Así nos encontramos con el testimonio de que los primeros repobladores cristianos de Quero, hacia 1162, son toledanos vasallos del mozárabe Miguel. Topónimos que nos han llegado y que muy probablemente hacen referencia a aquella época son: "el Donadio", zona de nombramiento del territorio prestado a M. Asarrafí; y la calle del Toledillo, como posible sitio de asentamiento de estas familias toledanas.

Finalmente otro dato de curiosidad es que nuestro pueblo en pleno siglo XII aparece con su actual nombre Quero (escrito Kero por el que transcribió el sonido), primera referencia escrita conocida del mismo, trasmitido por los habitantes hispano-musulmanes del lugar tras su toma por los castellanos. Esto destruye rotundamente la creencia popular de que el nombre de Quero proviene de ser este lugar un "porquero", nada más lejos de la realidad pues Quero era ya una villa fronteriza de cierto interés para las apetencias posesorias de los nobles toledanos.

Resumiendo, en este tiempo Kero es una aldea vinculada al castillo de Alcázar y alfoz de Consuegra con situación estratégica militar en la vieja calzada romana hacia Criptana y el Norte, por lo que fueron de interés para la Orden de San Juan. Sería en 1171 que la comarca se tornara de nuevo inestable por las incursiones almohades, hasta que en 1183 se produce la definitiva donación del término de Kero a la Orden de San Juan, con sede en el castillo de Consuegra, confirmada por Bula a fines de agosto del mismo año. Los territorios no volverían a manos almohades, sin embargo se sucederían algaradas hasta la toma de Peñarroya en 1198 y definitivamente en 1212 tras la batalla de la Navas de Tolosa.


Siglos XIII-XIV: la Carta Puebla y el nombramiento de Villa para Quero

El reinado de Fernando III el Santo (1217-52) trajo la repoblación efectiva a La Mancha, dejando de ser frontera al producirse un significativo avance de la zona cristiana hasta el valle del Guadalquivir. Todavía fueron necesarias Concordias entre las Órdenes de San Juan, Calatrava y Arzobispo de Toledo. Después se inician las concesiones de cartas de población a las diferentes aldeas: Villacañas en 1230, Arenas y Villarta seis años más tarde, Madridejos en 1238, Herencia en el 1239, en 1241 las de Alcázar, Quero y Tembleque, finalmente en 1248 fueron las de Turleque, Argamasilla y Urda.

De esta forma en 1241 Quero recibe su carta de población produciéndose la segunda y definitiva repoblación tras la de 1162. Los nuevos pobladores, cristianos del Norte, se asentarán al Oeste de la tradicional aldea hispano-musulmana, siguiendo el eje de la calzada desde la plaza hacia Consuegra, por la actual calle Empedrada.

En la carta se fijaban las condiciones jurídicas para los pobladores, alrededor del centenar. La tierra se repartiría a quiñón (30 ha) para unos sesenta labradores por sistema de año y vez. Por otra parte unos treinta atemplantes, para desarrollo de oficios y menestrales. Cada vecino podía de disponer de horno propio para su uso, o servirse de común (de poya) mediante pago, establece cierto beneficios fiscales para caballeros como origen de hidalgos. Se delimita también el término municipal con el río Cigúela (Asusela), Alcázar y Almoradiel. Por otra parte, Quero no tendría autonomía local hasta 1359, dependiendo de los alcaldes de Consuegra.

Económicamente Quero era tierra de pastos para ganados, actividad en avance en estos siglos, ya a fines del XII eran codiciadas por propietarios segovianos, después serán sanjuanistas, con continuos conflictos debidos a la trashumancia que hubieron de regularse a partir de 1273 por el Honrado Concejo de la Mesta ordenando el uso de pastos y caminos. Confluyen en la zona de "Las Nieves" la Cañada Conquense y la Soriana. La otra actividad peculiar en Quero fue la extracción de sal de la laguna Grande, constando su uso para fabricación de pólvora en 1475.

Es notorio también el prestigio en la zona o comarca de la población quereña que adquirió sin duda privilegios con pobladores "caballeros" en el siglo XIV pues recibiría el 11 de septiembre de 1359 por el rey Pedro I el título de villa, antes que la mayoría de poblaciones vecinas, otorgando plena jurisdicción civil y penal para los alcaldes locales por lo que tendría rollo jurisdiccional, desconociéndose su ubicación.

Carta puebla de Quero: "Notum sit omnibus tan presentibus quam futuris quod Rodericus Petri, Preceptoris Consogra com Concejo del Cabildo general e con mandato de D. Ferrant Ruiz, Prior del Hospital en Castila y León di a QUERO poblar e dile sesenta quiñoneros y a treinta atemplantes, y todo poblador que en Quero poblare haga servicio al Hospital. Todo poblador que labre con yugo de bueyes y de bestias, peche a la Orden medio maravedí por San Migue; y quien no labre con yugo de bueyes ni de bestias peche una cuarta. Si casa asumare, todo poblador que en Quero poblare, tenga esta heredad libre e quita para el hijo y para los nietos, para dar, vender, empeñar y hacer de ella lo que quisiere, como home face lo suyo mismo y de tal home lo de o lo venda o lo empeñe que haga este Fuero a la Orden. El horno de poya sea de la Orden y cuega 30 panes el uno, y quien quisiere haga horno en su casa, mas no cuega al otro vecin, si non derriben el horno y pague 10 maravedís. Todo poblador que tuviere caballo, que valga 20 maravedís y en uso, no pague el medio maravedí o tuviera casa asumida en la villa de Consuegra. Damoslé por término como parte con Alcázar, con Calatrava, con Villarejo, con Almoradiel y de allí hasta Asusela (Cigúela) y hasta el molino de este comedio. E quien ahora quisiere pechar la pecha que peche". 

Quero en los Siglos XV-XVII

El S. XV se caracterizó por las frecuentes luchas de la nobleza y monarcas, entre ellos Juan II y Enrique IV, incluyendo una guerra de sucesión que pondría en el trono a Isabel I de Castilla, Fernando de Aragón, los Reyes Católicos y los inicios del estado unificado y moderno.

Los caballeros y milicia concejiles quereñas, al igual que las de las otras villas y aldeas del Priorato, participarán al lado de los Señores (los grandes Priores) en los numerosos conflictos civiles castellanos, como Juan de Valenzuela que apoyaba la causa de Enrique IV ante los hermanos Pacheco y Girón, por lo que sería ocupado todas sus villas con destrozos en el territorio. Finalmente, Valenzuela restituirá el Priorato por bula papal en 1476. El período de Los Católicos traería años de unidad territorial. Pero dejaba un nutrido censo de caballeros, hijosdalgo en Quero, que tendría una relativa importancia en el Priorato sanjuanista.

El S. XVI comienza en luchas por el título de Gran Prior de Consuegra entre los Zuñiga y la casa de Alba, esta última apoyada por el rey católico aragonés. Las luchas llegaron a ocupar Consuegra por el de Alba enfrentado a Cisneros. Sería a la muerte de éste que intervenga el Emperador Carlos I dividiendo el Priorato entre los contendientes quedando el de Alba, Diego de Toledo con Alcázar de Consuegra, en futuro de San Juan, Argamasilla (se denominará de Alba), Quero, y Villafranca de los Caballeros con el nombre de Priorato de León, llamándose la división de los Zúñiga de Castilla. Volvería a quedar unido en el 1566, pero la toma de posesión quedó por costumbre realizarse en Consuegra y en Alcázar de San Juan.

Quero, de acuerdo a Fernando Colón, en 1517 cuenta con 34 vecinos, se ocupa los terrenos junto a la Laguna Grande y abunda el esparto. La baja densidad por las guerras soportadas aún aguantaría la guerra de Comunidades. Después, ya a partir de 1521 Quero aprovecharía los tiempos de paz para experimentar un notable crecimiento, con ensanchamiento del casco urbano medieval, cuenta en 1575, según las Relaciones de Felipe II con 180 casas, muchas de ellas de hidalgos aunque entre ellos bastantes de baja renta, siete molinos hidráulicos, pozo local de abastecimiento, Pósito de grano y un hospital para viandantes. Las producciones son fundamentalmente cerealístas y ganaderas y la sociedad se adentra en un ambiente de contrarreforma donde lo religioso lo invade todo.

En el S XVII se produce un retroceso con caída demográfica y penuria económica, en parte dimanada por la sobrecarga contributiva de las guerras de Portugal y Cataluña, entre otras. En 1693 contaba con 700 habitantes. De la primera mitad de este siglo son la renovación y construcción de la actual Iglesia parroquial de la Asunción y el levantamiento de la nave ermita a la advocación de Las Nieves.


Quero en los Siglos XVIII-XIX

El siglo XVIII trae a Quero una recuperación demográfica y social alcanzando en 1786 los 406 vecinos (unos 1600 habitantes) asentándose fundamentalmente en los extremos del E-W. La economía permanecía fundamentalmente como agrícola y ganadera, son comunes también oficios artesanales y de restauración. Las reformas de los Borbones traen a Quero normativas sobre moralidad pública, orden y vida económica como los Autos del buen gobierno, también regulaciones sobre higiene y salubridad, como el traslado de cementerios extramuros con Carlos III o el fomento de oficios y profesiones.

Es este un dibujo realizado en 1.769 por Domingo Aguirre sobre Quero, ingeniero a las órdenes del Gran Prior de Consuegra, podemos realizar varios comentarios. De un primer vistazo habrá sitios que nos recordarán la imagen del municipio (Iglesia, Ermita de las Nieves, laguna de sal), pero no otros de construcción más reciente (ausencia de silos, molinos de viento, sabemos que el primero se construyó en 1778). En aquellos tiempos la población era la siguiente: 1.181 habitantes distribuidos así: 275 matrimonios, 26 viudos, 57 viudas, 278 solteros y 270 solteras. Los nacimientos anuales eran 48 (año de 1.765 ), 44 defunciones (año de 1.765) y 10 matrimonios (año de 1.751 ). En cuanto a las viviendas su número era de 377, distribuidas según el callejero-plano adjunto.

Como edificios singulares vamos a reconocer: la Iglesia de Sta. María de la Asunción; la ermita de la Virgen de las Nieves (extramuros del casco urbano); Ermita de Santa Ana (desaparecida pero cuyo topónimo queda en el cercano arroyo). Faltan los silos (éstos se realizaron a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX); y los molinos de viento (construidos a finales del siglo XVlll). Otros edificios que también existían eran: ermitas de S. Cristóbal, de la Virgen del Rosario, y la ermita-hospital de beneficencia de la Soledad. Y como edificios civiles: el Pósito y cárcel (actual Ayuntamiento); casa de la Tercia (en plaza pública); Casa Consistorial (en calle de la Tosca); y real Salero (en calle del Salero). Todo ello formando un conjunto urbano situado al norte de la llamada Laguna de la Sal.

En 1785 Carlos III transformaría el Priorato de San Juan en un Mayorazgo-Infantazgo en favor de su hijo Sebastián Gabriel, promotor de la Sociedad Económica y Junta de la Caridad en Alcázar de San Juan. En ese tiempo se producirá en Quero una epidemia de tercianas que duplicarían las defunciones y acarreará diversos eventos como el traslado del cementerio desde la Parroquia hacia la calle San Sebastián, estando durante unos años junto ala plaza de la Iglesia y el motín de las mujeres contra privilegios que algunos querían mantener.

Plaza de la Villa S. XIX
En el S. XIX Quero presentará una fuerte crisis demográfica a mitad de siglo por la guerra carlista, después vendrá una notable mejora debida a la paz, desamortizaciones y las inversiones ferroviarias. La sociedad pasa de una configuración estamental o una generalista y de clases con grandes propietarios y jornaleros, olvidando a lo hidalgos. Entre los eventos subrayables en esta centuria destacan la Guerra de la Independencia, en 1808 se produce un saqueo el día de Navidad por las tropas galas que quedarían instaladas durante estos años en Consuegra, con Fernando VII se rediseñará el mapa provincial quedando Quero situado en el partido judicial de Quintanar de la Orden y provincia de Toledo, tras la muerte del monarca una nueva guerra, la carlista, provocaba continuos altercados al favorecer el partido carlistas a las clases bajas y los isabelinos, vencedores finales, a las altas, con tensiones sociales de las que Quero no se libraría alcanzando su peor momento el 25 de marzo de 1837 con un brutal ataque continuado por saqueos y asesinatos, sería un año negro en el que se construirá hasta un fuerte para su defensa, y reducirá su población a la mitad. En el diccionario de Madoz en 1845 lo describen como arruinado y semipoblado en posguerra. Serían los procesos desamortizadores y la llegada del ferrocarril en 1854 los que supondrían un claro acicate para la vida de Quero que recuperaba población y recibía de nuevo migraciones que en parte se asentaban en la zona lata en silos escavados en el cerro. El banco de crédito agrícola o el traslado al Pósito viejo de la nueva Casa Consistorial serían algunos de los hechos más relevantes a fines de siglo, donde a pesar de las últimas epidemias de cólera o el saturnismo por el plomo que se introdujo en la restauración de uno de los molinos, entre ambas se alcanzaban los dos mil habitantes (se incluye noticia reportaje incluido en la revista Nuevo Mundo en noviembre de 1899-Documento de la Biblioteca Nacional).




En cuanto a los eventos históricos, será la rondalla de Quero y sus trajes regionales los que acuden por orden de la Diputación Provincial junto a la población de Lagartera en representación de la provincia de Toledo, los primeros, quereños, por los pueblos manchegos y los segundos, lagarteranos, por los extremeños, a las celebraciones de las bodas del Rey Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleáns el 23 de enero de 1878 en Madrid.




Siglo XX

Se trata una vez mas de una centuria atípica desde el punto de vista demográfico, el registro de habitantes marcaría su máximo en 1940 con 3.236, aunque probablemente se alcanzasen algunos más en torno a 1936-37, justo antes de la lucha fratricida, después una grave posguerra de hambre y miseria seguida de un continuo éxodo hacia la capital para absorber los excesos de mano de obra campesina por la fuerte industrialización y fácil acceso a la capital.

El siglo comenzaba con estructuras sociales y económicas antagónicas en las que la distribución de renta era muy desigual. Los jornaleros y clases bajas sufrían carencias que les hacían sensibles a las enfermedades. Se creaba así una Sociedad de Socorros Mutuos llamada "la Fraternidad". La llamada Guerra Civil culminaba estos antagonismos que comenzaron en el periodo carlista-isabelino del XIX.

El mundo rural manchego de posguerra con un fuerte analfabetismo y dependencia del campo por carencia total de industrialización, fuerza la salida continua de quereños tanto para encontrar trabajo como para el estudio, todo ello propiciado por la inmejorable infraestructura ferroviaria que facilitaba el traslado.
Quero. Foto de José Roldán.

El período de dictadura propició pocos cambios en el mundo rural, con fuerte dependencia del sector primario, a este tiempo corresponde la creación de la agrupación escolar y el nuevo cuartel de la Guardia Civil. La llegada de la democracia y el proceso descentralizador de las autonomías facilitaría el desarrollo de inversiones, pero también una nueva emigración de quereños hacia las capitales provinciales para estudios superiores que facilitaban la terciarización de la mano de obra en dichos núcleos urbanos en detrimento de las áreas rurales, por lo que el envejecimiento de la población fue la tendencia de final de siglo. Sin embargo, también propició el aprovechamiento de las políticas de cohesión y desarrollo local proveyendo a Quero de mejoras, entre otros, de vías de comunicación, saneamiento, pavimentación de calles, nuevo Ayuntamiento, centro médico, polideportivo, complejo de ocio con piscina, Hogar del Jubilado y Casa de la Cultura.

En la actualidad cuenta con diverso patrimonio cultural como la placa de cancel visigoda, conjunto manchego de Silo y Molino de viento recuperado, ermitas de Nuestra Señora de las Nieves y de la Soledad, Parroquia de la Asunción, frontal del Pósito del S. XVIII, o la Casa Palacio sede del "Museo de la Palabra" inaugurada el 23 de noviembre de 2009.

Nota sobre referencias: revisado y estructurado sobre artículos publicados y el libro: "Quero, una villa manchega en la historia" de Alfonso Ruiz Castellanos, por su sobrino Víctor Raúl López Ruiz.

Otros datos que pueden consultarse:

Quero en El Catastro de Ensenada

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